Por fin me las apañé para sacar el tiempo suficiente para ver el documental que os recomendaba sobre el ciclo menstrual: La luna en ti.
No sé si alguna habréis tenido la oportunidad de verlo, pero merece mucho la pena. Por cierto, el enlace que colgué esta mal, faltan como 10 minutos de vídeo. Lo he corregido, pero os dejo este otro que está completo.
Me encanta la frescura con que Diana Fabianova aborda un tema que no debería ser tabú pero lo es. Me sorprende que siendo eslovaca hable tan bién español y haya sacado a tantas personas de España en su documental.
Diana sufre períodos menstruales muy dolorosos que no tienen explicación, según los médicos… Entonces, comienza a investigar más sobre el tema, vuelve la vista atrás a su infancia y le pide a una niña de su ciudad natal que comente los momentos clave de la primera experiencia menstrual que está a punto de vivir… Nos acerca a su historia, nos presenta a sus padres… pero también sale de Eslovaquia y recorre el mundo entrevistando a personajes con distintas teorías y respuestas.
Me quedo con el experimento que hace en Madrid de emplear la danza del vientre como terapia para el dolor. Confieso que fui a clases de belly dancing durante tres meses, pero por aquel entonces mis dolores no eran tan problemáticos y no presté atención a su posible efecto analgésico… Es una forma divertida, lúdica y femenina de combatir el malestar físico. También me encantó el consejo de la ginecóloga de masturbarse antes de tomar un ibuprofeno y sólo medicarse si el remedio natural no funciona. ¡Ojalá hubiera más médicos así!
Existen determinadas creencias que ni siquiera nos atrevemos a cuestionar. Ya he dicho en otras ocasiones que me parece brutal la inconsciencia con la que nos metemos «la píldora anticonceptiva» en el cuerpo sólo por comodidad, cuando en realidad estamos alterando nuestros ritmos biológicos y exponiéndonos a efectos adversos que aún desconocemos. Vivimos como robots. No pensamos, no investigamos… simplemente digerimos, nos tragamos todo lo que nos ofrecen en bandeja. Afortunadamente, la era de Internet está ayudando a cambiar las cosas. La gente ya no es únicamente un receptáculo de información. Si lo deseas, puedes profundizar, investigar otros puntos de vista, otras teorías… Es tan fácil como realizar una búsqueda en Google.
Espero que este documental sirva al menos para que algunas se empiecen a cuestionar. El sabio es el que más pregunta… No dejemos nunca de abrir interrogantes. Y menos en algo tan importante. Es la menstruación la que nos hace mujeres, la que nos conecta con la naturaleza, la luna y el universo… ¿Vas a renunciar a tu seña de identidad más sagrada?
Photo: Ted Swedenburg
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7 comentarios en «Reflexiones sobre la luna en ti»
Hola Luna,
lo ví el mismo día que lo colgaste y me encantó, de hecho a través de tu web descubrí también el libro de Miranda Grey y acabo de empezar un pequeño diario sobre mis ciclos, irregulares, terribles y serenos a partes iguales.
En mi caso, tomé la píldora cuando tenía 18 años y tuve mi primera relación sentimental (y sexual) pero debo decir que comparto totalmente tu opinión, de hecho la dejé a los seis meses pues me dejó una herencia de vello corporal nuevo, migrañas y un considerable aumento de peso.
Desde entonces me ha ocurrido algo curioso en mis visitas ginecológicas y es que cuando lo he comentado, la respuesta de la mayoría de ellos/as ha sido que no es cierto que la píldora produzca estos efectos secundarios y que precisamente es muy beneficiosa para tratar muchísimos problemas inherentes al género femenio…..bueno, huelga decir que mejor ni discutir.
Y como específicamente yo tenía un tema de ciclos ilimitados, es decir, aunque mi período se terminase mi cuerpo y mi mente continuaban con el proceso y me afectaba mucho en mi día a día (humor,dolor, piel, desestabilidad emocional, alimentación…qué os voy contar!) me recomendaron las perlas de aceite de Onagra para hacerla algo menos intensa…y la verdad que es natural y me ha hecho maravillas, incluso me ha ayudado a poder sentirla de manera más sana ya que estaba enrocada en el síndrome pre-menstrual.
Pues nada, eso, cositas de una de tus pupilas. 😉
Gracias Palominsky, voy a probar con la onagra! 🙂
Es curioso lo de los ginecólogos, la verdad, te la recetan como si fuera la panacea. En mi caso fue meramente anticonceptiva (antes no tenía los dolores de ahora) y la tomé durante casi 10 años (con dos pausas de casi un año en la mitad) Creo que tuviste suerte de tomarla tan poco tiempo.
¿Por qué hacen esto los ginecólogos? Mi opinión personal es que el poder económico tiene ya compradas a las universidades. O nos ocupamos en forjar nuestra propia opinión -en todo- o seremos marionetas del Estado y el capitalismo. Eso es lo que yo creo…
¡Un abrazo y gracias por el consejo!
Mmm me ha parecido leer en alguno de tus post que eres tauro. Los tauro necesitan una fuerte conexión con la tierra y la naturaleza. Una vez me dijeron, que con solo sentarte y poner las manos en el suelo, toda tu energía cambia.
¿Y si tu cuerpo trata de decirte que necesitas más contacto con la naturaleza? Menos ruido, y más lentitud… Más tierra.
Es sólo una sugerencia… 😉
Puede ser, Mandarine 🙂 Otro tip que me anoto. Sí que estoy conectada con la tierra, de niña me convertí en una tree hugger antes de que se pusiera de moda. 😛 Pero la vida adulta y moderna nos hace olvidar de dónde venimos. Voy a buscar tiempo para huir de la contaminación. ¡Gracias!
Amiga pero entonces que opciones hay para cuidarnos que sean seguras? que opinan de la t de cobre?
Junto a los libros de Miranda Gray y el de Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer, Mujeres que corren con los lobos, la filosofía de la Abuela Margarita, Rous Baltrons, Mia Astral y la tuya, es que he aprendido a deshacerme de etiquetas que la sociedad me impuso.
Aprendí a amar mi menstruación, ¡mi luna!, a pintar con ella, dejando las creencias de la generación que me precedió. Es una lástima que no todas RECONOZCAN y acepten que al menstruar, sus cuerpos les están diciendo las grandes maravillas que pueden crear.
Amo mi cuerpo, mi sangre, mis caderas, mi vientre, mis pechos, ¡todo! ser mujer es lo más divino del mundo.