Para C.G Jung la Astrología debía tener asegurado «el reconocimiento de la Psicología, sin más restricciones, porque la Astrología representa la suma de todos los conocimientos psicológicos de la antigüedad»
Y es que cuando dejamos de contemplar la Astrología como mancia y la aceptamos como lenguaje simbólico, su valor para explorar la psique y el comportamiento humano es incuestionable. Ahora, para lograrlo es necesario tener clara cuál es la diferencia entre signo y símbolo. Y es que esta argumentación es válida siempre que nos alejemos tanto del oscurantismo de la visión determinista, como de la superficialidad de la Astrología pop. O sea, cuando asumimos que los planetas constituyen una metáfora de la mente humana y que la relación entre lo mental y lo físico no es causal, sino puro principio de la sincronicidad.
Jung y la sincronicidad
Explorando la Ciencia y la Psicología, a veces encontramos eventos que desafían los argumentos y métodos convencionales que tratan de explicar la realidad. Uno de estos eventos es la sincronicidad. La sincronicidad conecta de manera aparentemente inexplicable hechos no relacionados en el tiempo y el espacio y para los que no existe una relación de causa – efecto. O sea, son coincidencias acasuales llenas de significado. Por ejemplo, cuando una noche sueño con alguien que no veo hace mucho tiempo y me lo encuentro al día siguiente. Creo que la gran mayoría hemos vivido sucesos similares y aunque no se puedan explicar desde un modelo empirista, indudablemente, existen.
Jung encuentra que la sincronicidad está detrás de los textos del i Ching, y, por supuesto de la Astrología. Y por ello decidió llevar a cabo, junto al físico W. Pauli lo que se llamó «el experimento astrológico».
La conexión entre Jung y Pauli
El experimento astrológico comienza con la curiosa vinculación entre Jung (psicólogo suizo) y Pauli, (físico teórico y ganador del Premio Nobel tras ser nominado por Einstein). A pesar de sus obvias diferencias, ambos pensadores unieron fuerzas para explorar el concepto de sincronicidad, que sugiere una conexión entre lo psíquico y lo físico.
Jung, en su inigualable labor como «explorador de la psique» dio con el concepto de «inconsciente colectivo», una clase de memoria colectiva de toda la especie humana. Tras vivir un período de depresión que coincidió con su ruptura con Freud, Jung se sumergió en territorio interior del inconsciente, interactuando con figuras internas y autónomas que lo llevaron a experiencias sorprendentes.
Por otro lado, Pauli, conocido por su descubrimiento del principio de exclusión, introdujo un concepto fundamental en la física cuántica relacionado con la idea de la sincronicidad. Según el principio que propone Pauli, la naturaleza expresa una danza abstracta que afecta el comportamiento de las partículas sin que actúe ninguna fuerza causal directa.
No es extraño que finalmente Jung y Pauli sumaran fuerzas para estudiar la sincronicidad.
El experimento astrológico
Una de las experiencias más curiosas y anecdóticas que vivieron Jung y Pauli tiene que ver con un experimento astrológico. Llevando a cabo este estudio, que fue mencionado en el libro: «The Interpretation of Nature and the Psyche» por ambos autores, se buscaba explorar la sincronicidad en la Astrología. Se recopilaron datos de varios pacientes y su contexto, y fueron analizados en busca de conexiones, patrones o coincidencias. Aunque ambos eran escépticos al principio y el experimento no se ajusta al método científico, los dos estudiosos quedaron sorprendidos por la cantidad de eventos sincrónicos que mantenían una relación de sincronicidad con las posiciones planetarias. Pero esto tú y yo ya lo sabíamos… Las sincronicidades están a la vista de todos aquellos dispuestos a mirar 😉
¿Qué piensas tú?, ¿conocías el experimento astrológico de Jung?